Ni como ni duermo; no me alimento ni descanso. Mi cuerpo se queja. Él es mi alma. El cuerpo es la carne del alma y, como mi alma marchita, él cuerpo se ablanda; (mientras, yo no puedo llorar).
Ustedes me miran y con los ojos llorosos, y de lejos, me piden que viva.
No. No me piden que viva. Piden que no muera; lo que ustedes no saben es que quien no acepta su muerte no podrá vivir jamás.
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